Pato Pico
salió de su cama, una cáscara de huevo de ñandú, hizo algunos ejercicios para
estirar sus patitas y se zambulló en la piscina. Desmayó rápidamente y salió
hacia la escuela.
El camino
era hermoso, Pato Pico sintió pena por los patitos de la ciudad a quienes imaginó cruzando las peligrosas
calzadas de cemento, caminando por las concurridas aceras; corriendo peligro en
cada cruce de esquina. Alegremente, miró en trono de sí: un sendero alegre
bordeaba el camino que unía su casa con la escuela y llevaba a grandes y
lejanas ciudades.
De su pico,
brotó un alegre silbido que obtuvo la contestación de un simpático pajarito que
se llamaba Gorri. Mientras caminaba, Pato Pico pateaba las piedritas del
sendero
-No tires
piedras a la calzada; es peligroso.
-Como lo
sabes? –pregunto Pato Pico.
-Pues,
porque he visto cómo una de esas piedras rompió el parabrisas de n automóvil
cuando se cruzaba con otro.
Y se puso a
cantar y a volar de poste en poste mientras acompañaba a su amiguito.
-No es
hermoso caminar de mañana?
-Si, lo es,
respondió Gorri, y agregó: pero camina más alejado de la calzada; es más
seguro.
De pronto se
oyó un zumbido y…Pato Pico perdió la cola!
-Qué fue
eso?, preguntó el patito.
-Un
automóvil que pasó velozmente, como tu caminabas de espaldas a él, no lo viste.
Crucemos enfrente: siempre debes caminar por tu izquierda cuando circules por una ruta donde no haya aceras.
Los amigos
miraron hacia ambas direcciones;
cruzaron la carretera con mucho cuidado y siguieron por la banquina. Pero Pato
Pico sentía frío en su colita.
A la salida
de clase, Gorri esperaba a su amiguito.
Juntos,
regresaron.
-No olvides,
dijo Gorri, los cuidados que debe tener un peatón.
-Tú eres un
peatón mientras caminas.
-Y es
importante ser peatón?
-Claro que
lo es! En esta época, cuando ya el hombre es peatón en la Luna, un pato debe
ser un buen peatón en la Tierra.
-Qué debo
hacer para ello?
-Cruzar la
calzada en forma recta, de modo que se acorte el tiempo que es preciso estar
sobre ella. Además, al caminar por la banquina debes hacerlo de manera tal que
tengas el tránsito de frente.
-Oh, eso no
lo voy a olvidar! Dijo pato Pico mientras acariciaba su colita.
En ese
momento, un automóvil pasó a gran velocidad y, pum! En la cabeza de Pato Pico
apareció un chichón.
-Caramba!
Que pasó ahora?, dijo nuestro amiguito
-Las ruedas
de ese vehículo arrojaron la piedra que había en la calzada y fue a golpear en
tu cabeza.
Pato Pico
recordó que, ciertamente, había hecho tal cosa y prometió no volver a hacerlo.
Un grato
olor a torta de maíz le avisaba al patito que ya estaba cerca de su casa;
apresuró el paso y lo invitó a Gorri, pues el compañerito bien se había ganado
un montón de miguitas…
Marta Ortiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario